La Familia

A lo largo de la historia de la humanidad, la familia se ha considerado el núcleo del ser humano, caracterizándose por ser el grupo primario en el que cada individuo registra sus primeros sentimientos, experiencias, aprende las diferentes pautas de comportamiento que han sido establecidas por la sociedad y adquiere una infinidad de hábitos que se reflejan en su personalidad. Es probable que parezca sencillo comentar acerca de la familia debido a que todo ser humano pertenece a una, sin embargo, este importantísimo grupo amerita un análisis más profundo que va más allá de la observación. Como punto de partida, es posible establecer una perspectiva general de la familia, la cual presenta un carácter universal por existir como una unidad social en toda la diversidad cultural, y como es bien sabido, la familia ha estado presente en todos los periodos de la historia humana, trayendo como consecuencia el mantenimiento de la especie e incluso su evolución.

Las ciencias sociales han definido a la familia como una institución social básica ya que es en ella donde se inicia el proceso de socialización de los individuos, por lo tanto, de manera metafórica, la familia es la principal escuela, cuyos alumnos son las personas que conforman dicha familia, y que como resultado de su constante aprendizaje y adquisición de valores y hábitos, son capaces de comportarse en la sociedad.

La Familia

Un aspecto importante a señalar es que la sociedad ha impuesto funciones a la familia, entre las que destacan la reproducción, la socialización de los individuos, la protección de sus miembros a través del cumplimiento de las necesidades fisiológicas humanas, y la crianza de la descendencia, que además incluye su sustento y cuidado.

Las familias poseen un valioso poder influyente, que se expresa en diferentes facetas, y la salud como indicador de calidad de vida y como derecho social, forma parte de estos aspectos. En el proceso salud-enfermedad, la familia puede influir en una infinidad de formas, bien sea en la manera en como apoyan a sus semejantes en la recuperación de enfermedades, en el desarrollo de la descendencia en busca de un adiestramiento adecuado que permita la adaptación del medio, en la transmisión de enfermedades y en las características genéticas transmitidas a sus descendientes.

En la sociedad en la que vivimos, día a día somos testigos de la degradación que el ser humano está experimentando, ya que los valores están quedando en segundo plano y la calidad de personas, va en descenso. Al ser conscientes de estos problemas, el enfoque tiene que dirigirse hacia la solución, la cual apunta en dirección a la familia, en donde al momento del nacimiento de un niño, se deben transmitir valores, buenos hábitos, así como también garantizar el cuidado y la salud que permitan que la nueva semilla, es decir el recién nacido, crezca y pueda desarrollarse de tal manera que dé frutos que sean beneficiosos para sí mismo y para la sociedad.

La composición de la familia varía de cultura en cultura, es decir, podemos encontrar diferentes tipos de familias a lo largo de todo el mundo. En Venezuela, la base de la familia es el matrimonio en su forma de monogamia, y está constituido por una ceremonia civil y religiosa. Sin embargo, en los últimos años, se han vuelto comunes las familias donde la madre es quien tiene que ejercer el rol de padre y madre al mismo tiempo; este tipo de grupo familiar se denomina matriarcal. A pesar de la ausencia del padre, la familia puede presentar solidez ya que ésta viene dada por el grado de intensidad de la relación entre los constituyentes de la familia. De esta manera, una familia sólida se caracteriza por tener buena comunicación entre los vinculados, las personas buscan el bienestar común, además comparten tiempo juntos y su relación es altamente afectiva y concurrente.